Palabras, imágenes, canciones, emociones que nos acompañan en nuestro camino.


dijous, 2 d’agost del 2012

EL MIEDO A SENTIR... Martha Escamilla R.

Cada vez escucho más personas  manifestar abiertamente el no sentirse feliz en sus vidas. ¿Razones? Muchas; el miedo al miedo, el estrés, los hijos, la pareja, la falta de trabajo, dinero o tiempo, el miedo a la soledad, las enfermedades, el cansancio mental y físico, el miedo al paso de los años, el exceso de obligaciones, la falta de sentido de la vida, la dificultad a soltar, el miedo a la terminación de una relación, el trabajar en lo que no se quiere, el sentirse atrapado en la propia vida y cotidianidad, el miedo al futuro, en fin las causas pueden ser muchas.

Una vez leí, que en nuestro mundo contemporáneo “sentir sentimientos negativos” puede ser sinónimo de debilidad o vulnerabilidad y nadie quiere sentirse así, especialmente cuando no se tiene control del mundo interno y menos del externo, es demasiado y por eso recurrimos a nuestros mecanismos de defensa para protegernos del temor de la vulnerabilidad. Estas creencias estaban también en nuestros padres, por ello tal vez, cuando éramos pequeños y estábamos tristes, con rabia, enojo o asustados y se lo manifestábamos a  ellos, podíamos recibir críticas, burlas o incluso castigo por nuestras emociones, pues ni ellos mismos sabían cómo manejarlas.  El comportamiento de ellos, puedo haber hecho que aprendiéramos a no confiar en nuestras emociones, en nosotros, en otros y que nos diera miedo sentir y por ello nos desconectáramos de nosotros mismos.

Tenemos miedo a sentir, miedo al miedo, miedo a sufrir porque no sabemos qué hacer con estas emociones que aparentemente  son más grandes que nosotros y las empujamos de nuestra conciencia. El sufrimiento hace parte de la raza humana, es una realidad. Pero se sufre más cuando se evita el sentir y peor aun cuando ni siquiera se sabe lo que se siente.  Evitar el dolor desgasta más que el propio dolor, pero al tener la idea equivocada que sentir dolor equivale a ser débil o al haber tenido la experiencia de haber sido heridos, en el momento que mas necesitamos apoyo o estábamos más vulnerables, hace que nos protejamos y cerremos. Cuando la mayoría de las sociedades condenan la tristeza, la vulnerabilidad, el dolor, y ven todas estas emociones como ser débil y en la sociedad no hay espacio para los débiles.

Cada vez escucho más personas  manifestar abiertamente el no sentirse feliz en sus vidas. ¿Razones? Muchas; el miedo al miedo, el estrés, los hijos, la pareja, la falta de trabajo, dinero o tiempo, el miedo a la soledad, las enfermedades, el cansancio mental y físico, el miedo al paso de los años, el exceso de obligaciones, la falta de sentido de la vida, la dificultad a soltar, el miedo a la terminación de una relación, el trabajar en lo que no se quiere, el sentirse atrapado en la propia vida y cotidianidad, el miedo al futuro, en fin las causas pueden ser muchas.

Una vez leí, que en nuestro mundo contemporáneo “sentir sentimientos negativos” puede ser sinónimo de debilidad o vulnerabilidad y nadie quiere sentirse así, especialmente cuando no se tiene control del mundo interno y menos del externo, es demasiado y por eso recurrimos a nuestros mecanismos de defensa para protegernos del temor de la vulnerabilidad. Estas creencias estaban también en nuestros padres, por ello tal vez, cuando éramos pequeños y estábamos tristes, con rabia, enojo o asustados y se lo manifestábamos a  ellos, podíamos recibir críticas, burlas o incluso castigo por nuestras emociones, pues ni ellos mismos sabían cómo manejarlasEl comportamiento de ellos, puedo haber hecho que aprendiéramos a no confiar en nuestras emociones, en nosotros, en otros y que nos diera miedo sentir y por ello nos desconectáramos de nosotros mismos.


Tenemos miedo a sentir, miedo al miedo, miedo a sufrir porque no sabemos qué hacer con estas emociones que aparentemente  son más grandes que nosotros y las empujamos de nuestra conciencia. El sufrimiento hace parte de la raza humana, es una realidad. Pero se sufre más cuando se evita el sentir y peor aun cuando ni siquiera se sabe lo que se siente.  Evitar el dolor desgasta más que el propio dolor, pero al tener la idea equivocada que sentir dolor equivale a ser débil o al haber tenido la experiencia de haber sido heridos, en el momento que mas necesitamos apoyo o estábamos más vulnerables, hace que nos protejamos y cerremos. Cuando la mayoría de las sociedades condenan la tristeza, la vulnerabilidad, el dolor, y ven todas estas emociones como ser débil y en la sociedad no hay espacio para los débiles.


Por qué es importante sentir?


Sentir es el mecanismo emocional de contacto con nuestro mundo  interno y externo. Es la brújula o aguja que muestra que algo falla y también nos muestra el norte.  Si la desconectamos quedamos literalmente perdidos y acá empezamos hablar del peligro de no sentir. Es importante entender que  el sentir es el gran instrumento que poseemos para nuestra evolución. Es a través de estas sensaciones de malestar que podemos darnos cuenta que algo anda mal y empezar a buscar el origen de nuestro malestar, que puede ser muy antiguo en nuestras vidas. De igual manera el único propósito para que estas emociones se manifiesten es que sanemos y paradójicamente lo único que hacemos es pelear con ellas o negarlas. Toda emoción que no se exprese aparece en el cuerpo en forma de síntoma….. Cuando no escuchamos al alma, el cuerpo grita…


Podemos hacer muchas cosas, para distraer las emoción, respirar, contar hasta 10, fumar, dormir, caminar, pretender que no existe, pero en realidad siempre nos sale la mismas respuestas; el grito, el llanto, la respuesta más dolorosa, menos asertiva, la que es automática, es decir que no pasan por el pensamiento, están listas, fueron programadas anteriormente en nuestras vidas, en nuestra infancia y que corresponderían al niño interno indefenso, maltratado, inseguro, cruel y abandonado. Para sanar a este niño, para dejar de ser ajenos a nuestro ser, para no sabotearnos, es importante empezar a sentir,  así seremos libres, y dejaremos de andar en automático. Encontraremos el norte en nuestras vidas, nos relacionaremos mejor con nosotros mismos, con otros, así el cuerpo no tendrá que gritarnos que algo anda mal dentro.

“Solo cuando tenga el valor de enfrentar las cosas como son, sin  ningún autoengaño o ilusión, brillara una luz a partir de los sucesos y se abrirá el camino” David Richo

No hay necesidad de saber todos los detalles de nuestras vidas, para sentirnos mejor,  porque los recuerdos no son la causa de nuestros problemas, estos recuerdos, pueden contribuir a una emoción no-deseada, pero no son la causa directa. Por lo tanto, no necesitamos pasar tiempo pensando dolorosamente en ellas, respetaremos las memorias, pero iremos a la causa, un trastorno en el sistema energético del cuerpo, como lo dice Gary Craig.

Una vez estos han sido reguladas, veremos como empezamos a ver no solo que ya no nos asustan sino que nos sentimos mejor, aprendamos a descifrar sus mensajes en cada momento, lo que nos permitirá dar respuestas libres y coherentes a nuestras necesidades y nuestro existir.
Martha Escamilla R.
Psicóloga

1 comentari:

  1. Las emociones y la razón, el superyo y el ello...El secreto: la armonía entre ellos...La cuestión:¿Cómo hacerlo?...
    Muy bueno el post Joan
    Un abrazo.

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