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divendres, 5 d’octubre del 2012

¿SOMOS INVENCIBLES?. Miguel Benavent de B.


“Invencible es el que se conquista a sí mismo; maestro es quien conquista al prójimo“, según cita Lao Tse. Y es difícil conquistarse uno mismo. Cada uno de nosotros tenemos cientos de sombras que condicionan a diario nuestra vida, haciéndonos actuar en contra de nuestro propósito interno y nuestra Alma. Conquistarse a uno mismo es recobrar la libertad de actuar según nuestra voluntad y nuestro ser esencial, sin condicionamientos que nos obliguen a vivir una vida ajena, impuesta por nuestras sombras del pasado y por los demás, con sus propias sombras que proyectan a veces con su tóxico cariño…
Como sabes, nunca he creído en los maestros. Solo creo en la capacidad del ser humano de afrontar sus miedos y luchar por alcanzar sus sueños. Eso es, para mí, ser maestro de uno mismo y de su destino. Quien no es capaz de conquistarse a sí mismo, nunca podrá ejercer de maestro ante alguien más, aunque se lo proponga. Seguramente conquistarse a uno mismo es el fruto de una vida entera, al que no todos llegan!
Hoy, tras cada uno de mis actos, empieza a haber libertad y no solo condicionantes pasados y/o externos. Estoy aprendiendo a amarme lo suficiente como para seguir los dictados de mi corazón. Aunque eso solo pase durante algunos momentos de mi vida actual. En otros -aún demasiados- y ante la incertidumbre, mi pasado me pasa factura y recobra fuerza ese personaje víctima de las circunstancias. Mi pasado me recita constantemente su lección, insistiendo en mi presunta incapacidad de ser feliz o de amar como mi corazón sabe amar, ahora. Supongo que es más fácil culpar a los demás o a las circunstancias por no haber tenido hasta ahora el valor de luchar por la vida que realmente merezco, esa vida con amor y felicidad que siempre había soñado!.
La verdad es que no es fácil en esta vida ser libre para actuar. Supongo que todo empieza por ser capaz de soñar, luego sentir y, finalmente, hacer de ese sueño una realidad! Ese es todo el camino, aunque no siempre sea fácil o en línea recta! Pero es humano que, ante cada tropiezo o caída, uno sienta miedo. Y es ese mismo miedo quien despierta este oscuro personaje que todos llevamos dentro y que aprovecha la menor ocasión para resurgir! Y en él encontramos de nuevo ese temor a ser o a contradecir a los demás! Y, si nos dejamos vencer por ese personaje que todos llevamos dentro -fabricado por nuestros sueños inalcanzados e inalcanzables-, volvemos a esa vida sombría que, de alguna manera y en algún momento u otro, todos hemos padecido en nuestra historia!
Conquitarse es, entonces, ser capaz de hacer prevalecer nuestra ilusión y usar todas nuestras energías para superar los momentos difíciles, sin traicionarse dejando de ser lo que uno es y siente! Sé que cuesta, al menos a mí a ratos me sigue costando! Pero también sé que cada vez que logro levantarme de nuevo tras una caída, mi Alma se fortalece y soy capaz de volver a la senda abandonada de mi felicidad! Seguramente tuve que sentir y reconocerme vulnerable ante las dificultades para luego sentirme fuerte ante el miedo y la adversidad. Ser invencible no es no tener miedo, sino no dejar dominarse por él, pase lo que pase en nuestra vida! Ser capaz de crecer en las adversidades y encontrarles su propio sentido es todo lo que aprendí a hacer! Atrás quedaron las coartadas, las circunstancias y el pasado vivido, a quienes hasta entonces culpaba de mi presunta y ya crónica calamidad! Y descubrí que no hay más dañina actitud en la vida que renunciar a lo que soy y siento! Y, cada día más, me cuesta contradecir a mi Alma ya charlatana, pues solo obedeciéndola hoy soy capaz de amar de verdad!
Ser capaz de ser, sentir y vivir el amor y la felicidad, aunque sea un rato cada día, es ser un poco invencible, a pesar de las circunstancias. Ser invencible no es más que sentir amor, donde antes hubo solo miedo; vivir la felicidad, donde antes solo hubo dolor! Eso es empezar a ser libre, ser invencible y vivir lo que realmente merecemos. Ser invencible es vivir una vida con sentido, en una vida aparentemente sin sentido; ser realista viviendo lo posible y deseando hacer realidad lo aparentemente imposible; tener confianza en la vida, aún cuando no siempre haya control y seguridad. Eso es, día a día, conquistarse a uno mismo y conquistar esa vida que cada uno de nosotros ha soñado desde siempre y saber que solo uno mismo es capaz de convertirla en realidad, aunque no sea invencible… solo cambiando el miedo por amor y obteniendo así felicidad!

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