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dimecres, 12 de desembre del 2012

VIVIR LA VIDA, INTENSAMENTE. Miguel Benavent de B.


Hace un par de días alguien me preguntaba “qué lección me había dado la vida a mí para que la viviera tan intensamente“. Lo único que fui entonces capaz de contestarle es que hoy no sé vivir mi vida de otra manera… y que a la vida misma le gusta y solo entiende que la vivamos así! Seguramente no es mérito mío, simplemente procuro en todo momento vivir lo que llega y hacerlo intensamente, como si fuera lo último que vaya a hacer en mi vida! Para el Alma, cada momento es único, mágico e irrepetible, no hay más! Seguramente para llegar hasta aquí y hoy, tuvieron que pasar demasiados años de tránsito, rutinarios, en que mi vida era dominada solo por lo que sucedía a mi alrededor…
Para vivir intensamente la vida no debo hacer más que poner todo mi empeño en hacer realidad mis sueños… y luego dejar que la vida haga el resto y me traiga lo que ella considere mejor! Si, en cambio, me resisto a ello, lo único que obtendré es infelicidad, comparando todo aquello que deseo con lo que al final obtengo de ella! Acepto simplemente que mi Alma y la vida saben más de mí que yo mismo… y espero con ilusión todo lo que llega, sin resignación e intentando en todo momento sacar partido a lo que vivo a cada instante! Al fin y al cabo, no he logrado más que actuar como lo hace cualquier recién nacido… aunque hoy con plena consciencia de ello!
Es verdad que siempre he tenido el don de fijar mi atención y enfocar mi sensibilidad en todo aquello que me rodeaba. Pero también lo es que la atención mental es dirigida a lo que quieres ver, es decir, que sesga la realidad en toda su amplitud, a su antojo! Y, debo admitir que, durante demasiados años, mi atención mental estaba orientada a ratificar mis sombras y, como consecuencia de ello, a obviar la luz que había a mi alrededor! Y ni que decir tiene que la vida no me decepcionaba en mi propósito de ser infeliz y validar mis sombras, ofreciéndome todas las circunstancias propicias para seguir siendo infeliz en la oscuridad! La vida es obstinada cuando quiere darnos todo aquello que perseguimos en la vida o que creemos merecer…
Pero también es obstinada cuando cambiamos nuestra visión y elegimos ver luz y ser felices! Ese día, sin cambiar la vida en sí, empezamos a ver con el corazón y aprendemos a saber encontrar, ver y vivir la felicidad, propia y ajena! Y, día a día, se va haciendo el hábito, día a día vamos aprendiendo a tejer nuestra felicidad… aquella que tantas veces antes solo habíamos soñado! Y, mientras creíamos que solo era posible soñar con la felicidad, la vida nos obsequiaba con muchos sueños felices… y poca feliz realidad! Pero, llega ese día en que te das cuenta de que los sueños son una pista inconfundible de todo aquello que requieres en tu vida para ser feliz! Y, si eres capaz de sentirlo así y, además, tienes el valor de hacerlo realidad, la vida y la manera de vivirla empiezan a cambiar!
Hoy mi vida intensa ya está hecha a partes iguales de sueños y de realidad! Mi realidad la conforman mis paseos, mi trabajo bien hecho, las personas que me cruzo, mis momentos de soledad, mis fotografías, mis interminables cafés en buena compañía, mis cenas con amigos, mis momentos de incertidumbre… en fin, mis luces y mis sombras cotidianas! Y mis sueños, aunque estén aún por hacer realidad, son compartir mi amor con quien amo, ayudar más a los demás y aceptar la realidad para que se cumpla en ella todo lo demás! Podría hacer una larga lista de sueños que aún estar por cumplir, pero quizás me doy cuenta de que el mérito que tengo hoy es nunca haber dejado de soñar y de creer que algún día esos sueños se convertirán en realidad… lo que no es poco, en un mundo en que lo más fácil es olvidarse de soñar o no concederse el derecho propio e inapelable de vivir los sueños en la realidad!
Eso es quizás todo lo que hay en mi intensa vida! Reconocer el valor de las personas que tienen el valor de ser como son, admirar la simplicidad y espontaniedad de la vida que se manifiesta en cualquier momento, ya sea a través de una simple flor, un paisaje o frente al mar y ser capaz de encontrar el sentido profundo a lo que vivo cada minuto de mi vida! Eso no es más que vivir el hoy… habiendo aprendido el valor del ayer que me trajo hasta aquí! Descubrir la esencia de las personas, momentos y lugares que llegan a mí y, en lo posible, disfrutarlos como las oportunidades únicas e irrepetibles que en realidad son! Como te decía antes, nada que un aparentemente frágil bebé no pueda hacer por sí mismo… aunque yo ya siendo realmente consciente de todo ello!
Un simple bebé se aferra a la vida como lo único importante que hoy tiene en sus manos… aunque nosotros los adultos creamos erróneamente que depende solo de nosotros para lograr vivir! Pero, precisamente, somos los adultos los que pretendemos enseñarles a vivir… desoyendo nuestra propia vida y dejando que pase de largo hasta que llegue el soñado futuro, que creemos incapaces de conseguir por nosotros mismos y confiamos solo en el azar! Delegamos nuestro futuro, nuestro porvenir y todo en él -nuestro amor y nuestra felicidad- en los demás, en lo que sucede a nuestro alrededor! Más nos valdría aprender de nuestros hijos a cómo vivir una vida mejor! ¿Quieren dormir o comer? Pues lo piden sin temor al qué dirán! ¿Quieren amor o sentirse bien tratados, sanos y amados? Pues lo piden sin palabras equívocas y sin rubor! Así es una vida intensa… esa que hemos olvidado cómo vivir nosotros, los presuntos maestros de la vida!
Seguramente una vida intensa no es más que ser capaces de ir con los ojos del corazón bien abiertos para ver, sentir y disfrutar de lo que pasa a nuestro alrededor, a cada instante! Cuando eres capaz de ver desde el corazón lo que te rodea, eres capaz de compartir por amor un bosque encantado donde los demás solo ven un bosque cualquiera; cuando eres capaz de amar en la distancia o en silencio, donde los demás solo sienten una dolorosa ausencia; cuando eres capaz de admirar la luna, donde los demás solo ven una noche oscura; cuando eres capaz de ver amor, donde los demás solo se sienten amenazados o temerosos. Eso es vivir intensamente… y de verdad!
Es quizás por eso que para vivir una vida intensa solo hay que vivir y dejar que fluya la vida tal como es! Y, en todo caso, compartirla con quienes la viven con la misma intensidad, sin perder detalle, sin que les importe el qué dirán! Porque la vida intensa se manifiesta en cada segundo de nuestra existencia y es inútil negarla o intentarla evadir estableciendo rutinas cómodas y seguras, pero renunciando a la espontaneidad de lo que siente el corazón! Pero, también es verdad que en nuestro mundo se nos enseña a sobrevivir, más que a vivir! Y sobrevivir no es más que aceptar lo fácil y conveniente de nuestra vida, rechazando todo lo demás! Y claro, la tristeza se atrinchera en nuestro corazón, que anhela todo lo que dejamos atrás y nos impide ver y sentir todo lo que hay alrededor!
Sinceramente, no podría vivir la vida ya de otra manera, ni compartir mi vida con alguien que no lo sienta y viva igual! Ya he gastado muchos años haciéndolo y me ha traído la infelicidad! Y, aunque no sé siquiera si mis sueños se harán realidad o si mi vida me dará suficiente tiempo para lograrlo, solo sé que nunca más debo renunciar a lo que siento y vivo en cada instante, pues en cada uno de esos momentos está mi incipiente felicidad! Seguramente pensarás que eso me hace esclavo de mi vida intensa, pero al menos ahora soy esclavo de lo que soy y seré, del amor que siento en mi interior y de la felicidad que siento cada día… y no solo esclavo de los demás o de lo que llega a mi vida, por azar!
Es verdad, hoy estoy obligado a sentirme feliz y a buscar la felicidad a cada instante -aunque no siempre lo logre cuando lo deseo-, pero reivindico mi derecho irrenunciable a ser feliz y a compartir mi sueño de amor en un bosque encantado allí donde nace el arcoíris, aunque luego la vida será quien decidirá cuándo y dónde! Seguramente, para entonces, cualquier bosque será encantado, el arcoíris saldrá cada día para mí y mi amor estará para siempre en mi corazón! ¿Eso es vivir intensamente? Quizás sí… es lo que tiene intentar cada día hacer de mis sueños mi realidad cotidiana!
Porque, aunque parezca paradójico, la vida intensa me da paz, amor y serenidad…

Miguel Benavent de B.

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