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dimarts, 31 de desembre del 2013

Deja espacio para tus deseos. Patricia Ramírez.

¿Cómo vas a conseguir objetivos nuevos si no tienes espacio?
Se acerca el nuevo año, el famoso día uno de enero dónde parece que la actitud se transforma. Nombrar el día uno es apelar al cambio, a la fuerza de voluntad, a fantasear con deseos y darle al ON para que se cumplan. El día uno de enero de todo año nuevo es el día de los Reyes Magos de la fuerza de voluntad.
Pero solo es el pistoletazo de salida, el "preparados, listos, ya". Las teorías sobre establecimiento de objetivos siempre te hablan sobre cómo planificar, la importancia de calendarizar lo que te propones, pero olvidan el primer paso fundamental: deshacerte primero de lo que no te conviene.
Es más sencillo sustituir un hábito del que quieres deshacerte por otro que te conviene, que simplemente planificar todo lo que vas a emprender. Porque, ¿dónde tienes pensado meter tanto cambio?
Esto es cuestión de física: quieres hacer deporte, ponerte a dieta, salir más con los amigos, arreglar esa ropa a la que llevas sin coserle botones algunos meses, llevar a la modista ropa que llevas tiempo sin ponerte porque no te sirve, meterte en un curso de cocina, leer más... pero, ¿cuándo, cómo y dónde?
Pues empecemos por desprendernos. Nos cuesta mucho desprendernos de las cosas. Nos excusamos en que les tenemos cariño, que nos traen recuerdos, y poco a poco nos vamos convirtiendo en Síndromes de Diógenes en potencia. ¡Cuántas cosas no llevarás en esa mochila, que ni te hacen feliz, ni necesitas! Y cuántas exigencias te impones en tu vida para seguir conservando ese peso de la mochila que ya forma parte de tu rutina. ¿De qué te tienes que desprender? Estamos a una semana de la entrada de año, una semana mágica en la que vas a deshacerte de todo lo que no te conviene. ¿Estás preparado para hacer tu lista? La sensación de entrar en 2014 libre de carga es un gustazo, o por lo menos libre de mucha carga que ahora puedes solucionar.

Te voy a dar ejemplos. Puedes desprenderte de:
  • La obligación de quedar bien con todo el mundo.
  • De la necesidad absurda que crees que tienes de beber alcohol. Si lo haces de forma moderada y porque disfrutas una copita de vino en las comidas, genial. Si lo haces porque no sabes qué tomar cuando sales, fatal. Hay muchas otras alternativas.
  • Puedes decir adiós a los complejos que te limitan: que si te sientes gordo por esos dos kilos de más, que si eres el que te has quedado en paro y te sientes poca cosa, que si tu nariz es aguileña, que si te estás quedando sin pelo. Jolín, acéptate de una vez y cambia lo que puedas cambiar. Pero deja de mirarte con desprecio. Tú eres valioso, por el simple hecho de ser persona.
  • Deja de hablar cada dos por tres con esa persona que te chupa la energía, sí, esa persona con la que cada vez que cuelgas el teléfono te sientes agotado y triste. Vete reduciendo las llamadas, o dile que por favor te hable de cosas positivas. No eres la hermanita de la caridad emocional.
  • Despréndete de cosas en casa: esa ropa que llevas años sin utilizar y te quita espacio en el armario, ese electrodoméstico de la teletienda que fue un gasto inútil y que no llegas a utilizar o del regalo ese de boda que te da pena tirar pero que te parece horroroso.
  • Mete simbólicamente en una caja todas las preocupaciones que no dependen de ti y a las que ahora no puedes dar una solución. Y guarda esa caja en una estantería hasta nueva orden.
  • Y deja de enviar mensajes a ese chico o chica que no te hace ni caso. El día uno de enero no se le va a encender una bombilla en su cabeza y se va a dar cuenta que eres el amor de su vida, el día uno tampoco va a cambiar de idea. ¡Cómo quieres que llegue tu hombre o mujer de tus sueños si no te has desprendido de quien te ningunea! ¡PUERTA! Ah, y despréndete también de la idea de que no podrás soportar la emoción de no tenerlo. Lo podrás soportar como lo hemos hecho todos, el desamor es algo natural.
  • Y apaga la obsesión por tener un coche mejor, un bolso más caro, esos zapatos sin los que no puedes vivir o ese reloj que te fascina. Haz más el amor y piensa menos en temas materiales, que seguro que te hará más feliz, tendrás una piel más bonita, más endorfinas y una sonrisa en tu cara de oreja a oreja.

Para hacerlo más divertido, puedes hacer una fiesta de despedida de cosas e ideas absurdas. La puedes hacer tú solo o con compañía. Igual que se hacen despedidas de soltero, nosotros vamos a hacer una despedida de todo lo que no necesitamos, aunque ahora creas que son imprescindibles.
Para que lleguen cosas buenas a tu vida, tienes que dejar hueco permitiendo que salgan las malas.

El cambio necesita espacio.
Ahora que has hecho hueco... SUEÑA. Imagina tu vida como un sendero, un camino, una carrera de fondo, como tú quieras. Tu PEDAZO DE SUEÑO MARAVILLOSO está al final. Coge una cartulina o un papel continuo de un metro y escríbelo por favor, con letras grandes, con colores, sé creativo incluso para escribirlo. Y ahora, vete al inicio de ese sendero y empieza a pensar y a escribir todo lo que necesitas para alcanzarlo (lo de escribir es importante, porque nada cambia solo por tenerlo en la mente). Haz un mapa del proceso y del final: contactos, lugares, formación que necesites, visitas, nivel de esfuerzo, tiempo, recursos, etc. Haz un collage con fotos, dibujos, en el que vayas plasmando tu proyecto y lo que has soñado. A medida que vayas dando pasos, vete poniendo ticks, rediseñando tu esquema, añadiendo. Ese sueño que ahora es visual, que está plasmado por escrito y dibujado, es flexible, para que vayas añadiendo y quitando lo que necesites.

No pierdas nunca la parte interactiva con tu sueño. Fantasear con lo que quieres está genial, pero tienes que materializarlo. Tienes que trabajarlo, planificar, calendarizar, llamar, visitar, hacer, ACTUAR. Si no actúas, no estás siendo protagonista de tu sueño. No dejes lugar a la improvisación, cuanto más planifiques y te involucres con tu objetivo, más fácil será alcanzarlo y modificar lo que no esté funcionando.
No te agobies queriendo cambiar ahora todo a la vez. De la lista que tengas, empieza por lo que más te apetezca o lo que más necesites. No siempre coindice la necesidad con el placer. Eres tú quien tiene que priorizar. Querer hacer todo de una puede llevar a agobiarte y que al final no hagas nada.
Y cuidado con el querer todo ya y ahora. No, tranquilo, paciencia. Llevas tiempo sin hacer lo que ahora empiezas. Ni medio agobio. Piensa que estás en el proceso que deseas, ¿qué más puedes pedir?
Deja que las cosas fluyan. Y disfruta.
Feliz 2014 ligero de equipaje.

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