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dilluns, 30 de desembre del 2013

"Lo que no te comiste hoy o no te reíste hoy, ciao"'. Antonia San Juan. La Contra de La Vanguardia.

Antonia San Juan, actriz y directora de cine
Tengo 52 años. Nací en Gran Canaria en Madrid desde hace 33 años, pero sigo seseando. Comparto con mi marido una productora. Vivimos en una gran censura y los políticos nos engañan en nuestra propia cara. El estafado acaba siendo el culpable. No creo en ningún dios

AHÍ DONDE DUELE
Es Estela en la serie La que se avecina, sigue de gira con lo mejor de sus monólogos y promociona su segunda película como directora, Del lado del verano (Tesela de Oro en el Festival de Cine de Alicante). Dice que no podría vivir sin trabajar, le gusta. Le ha sacado jugo al psicoanálisis, higiene mental que hace décadas que practica. Habladora, pero observadora, tiene la capacidad de acertar donde duele, virtud a la que saca buen partido en los monólogos, aunque se guarda el veneno. Nació en un matrimonio roto y se crió frente al mar con su abuela y su padre, un cobrador de autobús mujeriego, bebedor y comunista, que a diario invitaba a su mesa a desconocidos.

Soy la desconocida popular. Almodóvar me catapultó, pero también me estigmatizó.

Siempre hace papeles...
Sí, de prostituta, yonqui, travesti, alcohólica.. Por eso me he convertido en directora de cine, para ofrecerme otros papeles.

Ha estrenado su segunda película.
Del lado del verano aborda el tema de las relaciones familiares. Defiendo que para que sean sanas has de independizarte.

Cuénteme eso.
En las familias todo el mundo interviene en la vida de todos: si llevas el pelo largo, te dicen que te lo cortes; si eres morena, que te lo tiñas porque el negro endurece; si estás delgada: "¿Te encuentras bien?"; si estás gorda: "¿Cómo es que te has dejado tanto?"; si dejas al novio: "¡Con lo bueno que era!"...

Entiendo.
A los hijos hay que darles aire por su salud mental. La madre que los abastece antes de que pidan crea inmaduros insatisfechos.

La veo desengañada de lo humano.
Intento disculpar y entender a las personas. Pero ante la poca vergüenza de los políticos, de la justicia y de todos esos poderes que nadie puede cuestionar, siento rabia e impotencia. Los ciudadanos somos muy pasivos, nos tiramos a la calle cuando gana la roja y poco más. Vivimos en un sistema perverso.

Explíqueme eso.
El sistema permite que nos manifestemos, que cortemos las calles, porque con eso a los únicos que fastidiamos es a nosotros mismos. Pero ante el escrache los políticos, tanto que les cuesta ponerse de acuerdo para sacar una ley, se pusieron inmediatamente de acuerdo: "En la puerta de mi casa, no".

Derecho al pataleo y poco más.
Tú patalea, que yo hago lo que me da la gana. Luego te jubilan y te conviertes en un estorbo, un gasto inútil.

Eso es triste.
Y terminamos con colesterol, azúcar, triglicéridos, porque si no tienes de qué ocuparte, ¿para qué te sirve el cuerpo?... Estaría bien que los mayores pudieran trabajar un 20% de su tiempo.

¿De eso habla en sus monólogos?
Digo todo lo que no se puede decir en la televisión o en una película subvencionada.

¿...?
La doble moral me repugna. A través de la televisión los niños aprenden a discutir, manipular, dominar, ser violentos, pero eso sí, sin palabrotas. Vivimos en la cultura de las formas: no puedes soltar un taco, pero sí recibir sobres. Tu imagen tiene que ser limpia y discreta; lo que haya debajo es cosa tuya.

Es usted reivindicativa.
Quiero hacer reír, pero también reflexionar. La gente quiere evadirse, evadirse y evadirse... Y está evadida: unos ciudadanos que han permitido que les roben y los lleven a la ruina evidentemente conforman un país que sólo ha querido reírse.

Es usted dura.
Somos responsables de lo que nos ocurre, pero lo más dificil de aceptar es aquello que te cuestiona. Tú eres lo que eres y estás donde estás porque tú lo deseaste.

Eso puede valer para lo profesional, pero ¿y los afectos?
Todos somos humanos: si me he casado joven con un hombre que ya no me interesa, tengo tres hijos, no me he movido de casa... y tengo una hermana independiente, con un trabajo interesante, tendré celos y envidia. La querré, pero también la odiaré un poco.

...
Y aunque sea la mamá, también sentiré celítos de mi hija realizada que ya no me necesita. Siempre es más fácil apoyar en el fracaso que en el éxito: si estás desvalida, yo, tu amiga, tu hermana o tu madre, te ayudo y te apoyo. Ahora, cuando tu abrigo ya no es de Zara sino de Prada, te veo con otros ojos

¿Hay que contar con ello?
"Cariño, el abrigo es de Prada, pero de un stock de hace dos años. ¡Baratísimo!". Si no quieres sufrir las agresiones del exterior, el otro ha de ver que eres humana y defectuosa, que sufres como todos, que te hinchas y te salen almorranas.

Tiene usted las cosas claras.
He aprendido a llamar a cada cosa por su nombre. Hoy sé, por ejemplo, que el amor no tiene nada que ver con un calentón, ni con las palpitaciones; se trata de un compañero que te da tranquilidad y seguridad, que es más que un marido, es un amigo.

¿Es su caso?
Desde hace años ambos nos psicoanalizamos, se trata de una higiene mental en la que hemos coincidido. Eso hace la relación muy fácil, no hay que cargar con los traumas del otro y viceversa.

¿Cómo entiende la muerte?
Lo que no te comiste hoy, no te tiraste hoy o no te reíste hoy, ciao. No ambiciono otra vida, y conozco gente desdichada teniendo de todo que sí la ambiciona; y pienso que, aunque existiera, ellos no serían los idóneos para vivirla por haber tratado tan mal esta vida

Reflexión refrescante.

Si hubiera otra vida, debería ser para los amantes de la vida, los que han sabido disfrutarla, no para los quejicas que tiran su mierda sobre los otros.


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