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dimarts, 24 de febrer del 2015

Cargo sobre ti mi culpa. La Mente es maravillosa.

Proyección psicológica. Este término desarrollado ampliamente por la teoría freudiana, nos muestra una práctica familiar con la que nos encontramos muy a menudo. Puede que incluso nosotros mismos, lo hayamos hecho en alguna ocasión casi sin darnos cuenta.
¿Un ejemplo? Piensa en esa época en la que estabas profundamente enamorado/a de alguien. De algún modo, y casi inconscientemente, atribuiste a esa persona rasgos y virtudes que no se correspondían totalmente con la realidad. Ensalzabas su bondad, su preocupación, sus aciertos y grandes atributos por ese halo de perfección que tú mismo proyectabas en él/ella.
El amor, es en ocasiones un contexto muy propicio en el cual desarrollar la proyección psicológica. Pero el verdadero problema, el más complejo, sucede cuando se pone en práctica una proyección claramente negativa. Ahí donde la persona que la ejecuta, tiene unas evidentes carencias emocionales, atribuyendo en otros, pensamientos llenos de rabia o ansiedad.
Hablemos hoy sobre los sentimientos de culpa, y de cómo en ocasiones, lejos de asumirlos y afrontarlos, se apuntan al exterior con la intención de herir a los demás. A los que tienen más cerca, a los que supuestamente, más aprecian.

La proyección: distorsionar la realidad en beneficio propio
Empecemos poniendo un ejemplo. Tu pareja es una persona insegura que teme al compromiso. Lejos de asumir esa realidad, empieza a castigarte a ti asegurándote que no le pones las cosas fáciles. Que siempre estás dándole muestras de desconfianza y de claro deseo de hacerle daño.
El problema no está en ti, está en él/ella. Pero lejos de afrontar que tiene un problema de autoestima y autoconfianza, te castiga a ti poniendo en evidencia cosas que no son verdad. Te dispara su rabia con afilados dardos, y proyecta sus emociones negativas en tu persona porque de ese modo, consigue todas estas dimensiones:
1. Ignorar el problema y atribuirlo a los demás.
2. Liberarse de esa carga interna y dejarla en el exterior, en las personas que están a su alrededor.
3. Generando culpa en los demás, consigue una clara posición de poder. “Yo NO tengo el problema”, lo tienen los demás, el mundo es quien debe moverse mi alrededor, no yo.
4. Al interpretar que son los demás quienes tienen el verdadero problema, logran distorsionar de tal modo su realidad que llegan a creerla. A creer su fantasía, su error, negando así sus verdaderas carencias.

¿Cómo romper las proyecciones psicológicas?
El tema de la proyección psicológica es realmente complejo. Y tristemente frecuente. En ocasiones, muchas personas que viven sometidas a maltratos físicos y psicológicos, siguen proyectando en sus parejas una imagen positiva. ¿Por qué razón? Porque de ese modo se auto-protegen de la realidad.
“Si mi pareja siente celos es porque me quiere”. “Mi pareja en el fondo me quiere, en ocasiones comete errores, pero es la persona que más se preocupa por mí”. Proyectar estas ideas es caer en una distorsión de la realidad, donde su mundo es más inocuo. Ahí donde no aceptar la realidad con toda su crudeza, ahí donde toda persona valiente, debería poder reaccionar y defenderse.

Pero entonces ¿Cómo romper estas proyecciones?
1. Darnos cuenta de que lo que proyectamos en los demás, es en realidad un mecanismo de defensa. Un salvavidas en el cual acogernos para no admitir algo determinado.
2. Hay que comprender que proyectar culpa y rabia en quienes están a nuestro alrededor, no va a conseguir más que generar más emociones negativas. Caeremos en un círculo vicioso donde esa falsa “sensación de poder”, nos ocasionará a largo plazo una dura caída.
3. Si eres tú quien sufre esa proyección por parte de otra persona, hazle ver claramente cómo te sientes. Adviértele que ese comportamiento, no se podrá mantener durante mucho tiempo. Que te sientes mal, humillado/a y manipulado/a.
4. Entiende también que en el momento en que la persona asuma que su proyección psicológica esconde en realidad una carencia personal, hará que pierdan su “sensación de control”. Sufrirán una especie de caída personal en la cual, necesitarán ayuda y apoyo para “reconstruirse”. Para afrontar dichos problemas, dichas carencias.
Pero en general no es nada fácil aceptar que todos proyectamos en alguna ocasión. A veces, lo hacemos sin darnos cuenta, pensamos que el defecto está ahí fuera y no en nosotros mismos. Pensar que la persona que amamos es poco más que una criatura perfecta, por ejemplo…

Todos tenemos defectos, todos tenemos carencias. Lo ideal, sería actuar siempre con humildad y objetividad… Porque al fin y al cabo, todos somos bellísimos seres imperfectos que intentamos sobrevivir en un mundo complejo para ser felices. ¿Estás de acuerdo?


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